En estos tiempos que nos convocan a repensar prácticas, proyectos, propuestas, espacios, formatos, la innovación pedagógica y la inclusión de tecnologías digitales nos permiten abrir nuevas puertas para rediseñar las propuestas de enseñanza de manera de favorecer mayores y mejores aprendizajes de todos los sujetos que habitan nuestras instuciones educativas en los diferentes niveles y modalidades.
nos encontramos con una escuela que nos convoca a seguir pensando, revisando y enriqueciendo nuestras miradas para adaptarnos a esta contemporaneidad donde la diversidad y la pluralidad nos interpelan a la hora de pensar nuestra tarea docente.
Esto requiere una revisión de lo que proponemos a nuestros alumnos, cómo se lo proponemos, y que nos proponemos, pero debe partir de la comprensión de la clase escolar en este nuevo contexto, que nos convoca a seguir pensando en la mejor escuela para el siglo XXI que podemos ofrecer.
El desafío está en pensar propuestas para favorecer los aprendizajes de los alumnos repensando la forma de construir conocimiento y entendiendo que más allá de las transformaciones que nos exigió la virtualidad hoy el siglo XXI nos requiere una escuela pensada en y para la contemporaneidad con todo lo que ello implica,
Asimismo, es necesario revisar el uso de los recursos tecnológicos y digitales que se propone, entendiendo que incluir tecnología es una decisión didáctica, porque es necesario que esta potencie las propuestas de enseñanza y promueva mayores y mejores aprendizajes.
Es un gran desafío buscar un equilibrio del uso de los recursos, las pantallas, las conexiones y las herramientas digitales, reflexionando sobre su sentido y apuntando a una mejora de las propuestas.
Y allí comienza nuestra tarea...