REPENSANDO LAS PROPUESTAS PEDAGÓGICAS PARA LA VIRTUALIDAD

A medida que los días y las semanas avanzan y las escuelas se van acomodando, preguntando, revisando y reformulando me surge la necesidad de recuperar el concepto de convergencia, desarrollado por Jenkins y Buckingham, a la hora de repensar de qué manera se seleccionan, articulan, complementan y enriquecen los diferentes recursos tanto digitales como analógicos en las propuestas de clases virtualizadas.

Es en ésa línea que propongo constantemente a quiénes me preguntan, no limitarse a una plataforma o recurso único, no concentrar, sino más bien diversificar. Ninguna alternativa es la mejor siempre, ni funciona en todos los casos, ni se adapta en todas las circunstancias.

Cuando hablamos de entornos o plataformas para gestionar el aprendizaje tenemos que entender que éstos deben ser la puerta de entrada a una diversidad de medios y recursos que permitan acercarnos a los objetivos propuestos.

Inevitablemente, esto requiere tiempo, para la reflexión sobre las propuestas, la selección de los recursos más adecuados y para la capacitación de los docentes en su mejor aprovechamiento.

Repensar las propuestas pedagógicas para la virtualidad desde esta perspectiva es un desafío para seguir aprendiendo, para construir nuevos espacios y para generar nuevas alternativas que mejoren, enriquezcan, complementen, dinamicen y potencien nuestras clases en este nuevo entorno.

La escuela, las instituciones educativas, son esenciales, los docentes son el eje irremplazable de las propuestas y en este camino todos estamos aprendiendo, con otros, en búsqueda de nuevas experiencias enriquecedoras.

Cada semana la contemporaneidad, nunca más cambiante y dinámica, nos plantea una reflexión sobre nuestras prácticas y una nueva mirada sobre nuestras planificaciones.

Esta nueva escuela en y para el siglo XXI se va redefiniendo junto a todos los que la conformamos, alumnos, docentes, directivos y familias.